EL TELÉFONO Y LA 5ª FILA
Para estas actividades estuvimos en el salón de actos. Con ellas aprendimos a proyectar la voz.
Lo que hicimos fue ponernos en fila en el escenario y ir repitiendo una palabra aumentando poco a poco el volumen, para que la profesora pudiese escucharla. Cada vez que cambiábamos de persona, la profesora iba alejándose y, si no proyectábamos bien la voz, teníamos que repetirla hasta que nos escuchase bien. La meta era la quinta fila (o más).
Después de esto, jugamos al teléfono para ver cómo proyectábamos la voz a nuestros compañeros, porque proyectar no es gritar. El primero decía una frase y esta tenía que ir pasando de compañero a compañero hasta llegar al último, que tenía que decirla en voz alta a la quinta fila, para ver si habíamos conseguido pasar la frase completa tal y como era.
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